diumenge, 25 d’octubre del 2015

Les decisiones privadas y el bien público (El dilema del prisionero)

Comprimidos d’3conomía de Izqui3rda

  

Resumen

El dilema del prisionero, caso típico de la teoría de juegos, permite clarificar la disyuntiva que siempre se cuestiona entre la búsqueda del beneficio privado y sus consecuencias en el bien común.


La izquierda y la teoría de juegos

Les persones, con nuestras decisiones, determinamos la realidad económica;  podemos perpetuar la situación actual de injusticia o podemos incidir en su cambio. Desde la perspectiva de la izquierda, con el objetivo de mejorar  la equidad en la sociedad, es muy importante  comprender qué motiva nuestras decisiones económicas, políticas,...

Una herramienta potente para analizar los comportamientos y las estrategias en nuestras decisiones es la teoría de juegos que se aplica en diferentes campos: en la economía, en las negociaciones políticas, en la inteligencia artificial...


El dilema del prisionero

Un ejemplo de la teoría de juegos es el dilema del prisionero. En este juego participan dos personas detenidas por la policía que están siendo interrogadas. La policía sabe que han participado en un atraco y que huyeron en un coche robado pero únicamente tienen pruebas de este último delito.

El premio (castigo en este caso) consiste en que los prisionero pasaran un año en prisión, porqué está probado que han robado el coche, y 10 años en caso de que también pueda probarse que atracaron el banco.

La policía, para poder tener pruebas del robo al banco, ofrece a cada uno  de los dos detenidos la posibilidad de rebajar el tiempo de prisión a 2 años en caso que, gracias a su confesión, se pudiera probar el delito cometido.

Ya me perdonareis si he cambiado el relato, los tiempos de condena... porqué me baso en mi poca memoria pero, más que la fidelidad del relato, el que es más importante son las conclusiones a las que se puede llegar.

Como es lógico os tenéis que imaginar a los dos acusados en habitaciones diferentes y teniendo          que decidir su comportamiento sin conocer si el otro ha confesado o no.

Cada prisionero sabe que, si ninguno confiesa, solo tendrán un año de prisión pero también saben que se arriesgan a que, si el otro confiesa, tendrán que pasar 10 años entre rejas.

Los dos tendrán la tendencia a confesar para tener la rebaja de su condena. Confesar será, pues, la estrategia dominante para cada jugador y, como consecuencia, los dos confesaran y pasaran 10 años encerrados.


Decisiones individuales y bien común

De este juego sacamos la conclusión que los dos detenidos, buscando su beneficio particular, obtienen la peor situación para los dos.

Esta circunstancia también es aplicable a las decisiones económicas individuales. Cada agente económico (persona, empresa) busca  su beneficio privado y, como consecuencia, el bien común puede verse perjudicado.

El problema medioambiental puede ser un buen ejemplo. Las personas desean consumir el máximo, les empresas quieren producir el máximo para obtener más beneficios... y, como consecuencia, se perjudica el medio ambiente, es decir, a la capacidad de nuestra generación y de las futuras para sobrevivir (se perjudica al bien común).

Otro ejemplo sería el pago de impuestos. La estrategia dominante de los agentes económicos es reducir al máximo los impuestos que pagan buscando su beneficio privado y, como consecuencia, disminuyen los recursos públicos y la capacidad de disponer de un buen estado del bienestar que garantice la salud, la educación... la equidad y la cohesión social (bien común).


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