diumenge, 14 de setembre del 2014

Prejuicios FALSOS: Un aumento del IRPF perjudica la inversión privada.

Comprimidos de 3conomía de izqui3rda

Prejuicios económicos

Existen un conjunto de creencias, repetidas por todas partes, que son aceptadas como ciertas pero que en realidad no superan un análisis detenido.

Son prejuicios que condicionan nuestra manera de pensar y que hemos de desaprender si queremos plantear una política económica de izquierdas.

Prejuicio:
Un aumento del IRPF perjudica la inversión privada. FALSO!


Resumen de la entrada:

Los emprendedores deciden una inversión en la economía real en función de sus proyectos, no del capital de que disponen. Tener capital puede  implicar que un capitalista haga una inversión financiera (acciones, bonos...) buscando rentabilidad, pero no implica que el emprendedor ponga en marcha un proyecto de empresa.

Un aumento del IRPF disminuirá el ahorro que se dirigirá a la inversión financiera pero no condicionará la inversión en la economía real porqué ésta dependerá de las características del proyecto (rentabilidad, seguridad, tipos de interés,...)



Texto

Conceptos previos

Los impuestos son pagos que los contribuyentes hacen a Hacienda sin recibir  contrapartida.

IRPF es el impuesto sobre la renda que pagan las personas físicas (personas de carne y huesos).

Se considera renta al conjunto de ingresos que recibe una persona; puede incluir: salarios, dividendos, intereses, alquileres cobrados,...

El IRPF es un impuesto directo porqué depende de las circunstancias de cada contribuyente, hasta el punto de que, a más renta, se paga un mayor porcentaje de impuesto, lo que lo convierte en un impuesto progresivo.

Cuando un impuesto es progresivo, tiene unos efectos positivos en el nivel de equidad de la economía porqué tiene un efecto de redistribución de la renta. Los que más ganan contribuyen más a los servicios públicos de todos. Es como si diesen parte de su renta a los que menos ganan en forma de servicios de sanidad, educación...


Prejuicio

Ante cualquier propuesta de incremento en el IRPF, siempre se razona que perjudica la inversión privada y que afecta a la creación (o ampliación) de empresas y, como consecuencia,  a la creación de puestos de trabajo. 




A partir de este prejuicio se puede llegar con facilidad a la conclusión FALSA  de que la disminución de impuestos directos es la mejor manera de fomentar la inversión.... razonamiento peligroso que lleva a disminuir el peso del sector público y a recortar el Estado del Bienestar.


La economía real y la financiera

Tendríamos que diferenciar la inversión en la economía real, en la que se adquiere maquinaria, instalaciones,... se montan empresas..., de la inversión en la economía financiera, en la que se adquieren valores (acciones, bonos, depósitos a plazo,...). 

La economía real crea nueva capacidad productiva y puestos de trabajo, en la inversión financiera únicamente se produce un cambio de mano de valores, que no crea ninguna ocupación.


¿Quién invierte? ¿Porqué se invierte?

Dejando de lado la inversión financiera por su carácter especulativo, la inversión en la economía real la llevan a cabo los emprendedores, personas que tienen una idea nueva de empresa o que quieren ampliar la que ya tienen en funcionamiento.

A los emprendedores, además de buscar rentabilidad, también los mueve la concreción de su proyecto, la producción de bienes / servicios, la creación de ocupación,... sienten su empresa como una creación propia, como si fuese su hijo, a la que han ido conformando a partir de sus decisiones,  condicionadas por las características del proyecto y de la coyuntura  económica (rentabilidad esperada, confianza de los consumidores, tipos de interés, expectativas empresariales...).

Para un emprendedor el dinero no es importante y el beneficio no es un fin en sí mismo sino la consecuencia del éxito de su proyecto (claro que no hablo de la economía financiera, donde únicamente buscan el beneficio).  Desde esta perspectiva, el dinero necesario para llevar a término su proyecto tampoco es tan importante, no deja de ser un medio para emprender. Éste empresario montará su empresa, tanto si tiene suficiente capital como si no.  Y, si no dispone de suficientes recursos, buscará socios, pedirá préstamos,... todo para conseguir concretar su sueño.

Las cosas no funcionan como se supone en la base del prejuicio que estamos analizando: un emprendedor no espera a tener un capital y, entonces, se plantea invertir en un proyecto de empresa. El proyecto siempre es el motor. Por otro lado, en la economía financiera, sí que sucede que una persona con capital, un capitalista, buscando rentabilidad opte por invertir en acciones, bonos,...


Consecuencias de los incrementos del IRPF

Un incremento de las tarifas del IRPF, entonces, nunca impedirá al emprendedor poner en marcha un nuevo proyecto suficientemente atractivo, mientras que sí que podrá limitar al capitalista la disponibilidad de recursos para realizar una inversión financiera.

En el análisis a nivel macroeconomico, este incremento impositivo reduciría el total de la renta disponible en la economía y, dado que el consumo es una variable bastante estable, la disminución de renta disponible implicaría una disminución del ahorro privado, que pasaría a manos del sector público. Nada de significativo comparado con las cantidades ingentes de ahorro privado que financian la deuda pública en el caso de la economía española.

A partir de este análisis podemos concluir que un incremento en la recaudación y / o en el carácter progresivo del IRPF, mejora la equidad, sin perjudicar la creación de la ocupación.



Hemos de desaprender

Si no queremos que los prejuicios nos condicionen y nos confundan... hemos de desaprender.

Si pensamos que es bueno bajar impuestos para conseguir más ocupación  provocaremos, en realidad, la debilidad del Estado del Bienestar y la disminución de la estabilidad que el sector público da a la economía.





Prejuicio para analizar en una próxima entrada al bloc:
La disminución de los costos laborales fomenta la ocupación
  

Animaros a criticar las entradas, a proponer el análisis de nuevos prejuicios ...




1 comentari:

  1. Evidente que en un inicio profesional o empresarial la imposición tiene el mismo peso que las subvenciones, digo el mismo, no digo que no sean relevantes. A la hora de decidir el acometer un proyecto la clave debe ser la idea en si misma: su caracter diferenciador frente a la competencia.

    Pero por el lado del IRPF, es importante acometer una clara distinción entre todos los tipos de rentas: rendimientos, imputaciones y ganacias que regula y sujeta dicho tributo. Y dentro de los rendimientos: trabajo, capital inmobiliario y mobiliario.

    Este impuesto directo, grava solo a personas físicas independientemente de su reconducción al Impuesto sobre Sociedades, básicamente en actividades económicas; y que se soporta en algunos cálulos en Transmisiones patrimoniales e Impuesto sobre patrimonio.
    Con lo cual, por la versatilidad propia del tributo es preciso puntualizar que parte o partes del mismo podrían afectar a la inversión empresarial.

    Si nos centramos por tanto por partes, cabría entender que si aumentamos la imposición sobre actividades económicas (autónomos) sí minoraría el incentivo a la inversión. Claro está, que hay que tener en cuenta actividades en atribución de rentas o imputaciones obligatorias.

    Si nos centramos en otro tipo de rentas: básicamente de capital e imputaciones o derechos de imagen, es obvio que no debe alterar el volumen de inversiones, y en caso de que así fuera igual es irrelevante e insano.

    Qué decir de las ganacias y pérdidas patrimoniales. Se debería distinguir por tipo de elemento transmitido, y ojo, implementar el IRPF una de las características que define el Impuesto sobre sucesiones y donaciones, esto es el "patrimonio preexistente".
    saludos.

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